En su participación en la jornada ‘Balance energético 2017 y perspectivas para 2018’ organizado por Enerclub, Aires, también presidente de BP España, consideró que, dentro de esa banda de precios para el crudo, la que “más tiempo” es previsible que se dé sea la de un barril entre los 50 y 60 dólares.
Además, destacó que 2017 fue un año “histórico” para el sector en lo que respecta al procesamiento de materias primas, lo que refleja “la fortaleza” de las refinerías españolas.
Por otra parte, Aires consideró que la transición energética debe llevarse a cabo desde un punto de vista de equilibrio entre el coste y la eficiencia, por lo que “no se debe despreciar ninguna tecnología”.
Mientras, la presidenta de la Asociación Española de la Industria Eléctrica (Unesa), Marina Serrano, pidió un marco regulatorio “estable y predecible” para garantizar las inversiones de 42.000 millones de euros en redes que deberá afrontar el sector.
A este respecto, señaló que será importante que se establezca una tasa de retribución a esta actividad “razonable” y “de acuerdo con los métodos fijados en otros países europeos de nuestro entorno”.
Además, consideró necesario el diseño de un mercado que de unas “señales a largo plazo, que permita que el sistema sea seguro y emita señales de largo plazo”. Así, solicitó también la regulación de los mecanismos de capacidad, que ayudan a “asegurar la seguridad de suministro”.
Sedigas señala que el gas tiene que ser “parte de la solución”
Por su parte, el presidente de Sedigás, Antonio Peris, consideró que el gas tiene que ser “parte de la solución” en el camino hacia la transición energética, ya que se trata de una fuente de energía que sustituye a otras “más contaminantes”.
A este respecto, indicó que la mayor presencia del gas aportaría 150 millones de euros a la economía y reduciría las emisiones en 11 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2). Además, señaló el papel que jugaría en movilidad, contribuyendo a reducir los gases de efecto invernadero y mejorando la calidad del aire.
Así, Peris subrayó que “el gas tendrá un rol protagonista en la economía baja en carbono y un papel clave en la transición energética global, en especial por la creciente inyección de gas de origen renovable en su infraestructura”.
APPA se “teme lo peor” en la próxima revisión al sector
Mientras, el presidente de APPA, José Miguel Villarig, advirtió de que el sector se “teme lo peor” sobre la próxima revisión que se aplicará a las renovables para el próximo periodo regulatoria sobre su tasa de rentabilidad. “Esta rentabilidad tiene como gran fallo que nos la cambian cada seis años y nos la revisan cada tres”, señaló
Además, consideró que en el sector “va a haber un antes y un después de las subastas”, aunque subrayó que el reto será ejecutar esos 8.000 megavatios (MW) adjudicados “en el corto plazo que se ha dado”.
No obstante, criticó el cómo se han llevado a cabo las subastas, ya que “ha sido una vez más con improvisación”, y pidió que para el futuro se diferencie entre tecnologías y se establezca un calendario para ellas.
El carbón nacional generó el 2,4% en 2017
Mientras, el presidente de Carbunión, Pedro Iglesia, estimó que la participación del carbón nacional en la generación eléctrica se situó en torno al 2,4% en 2017, después de que la generación con carbón, tanto autóctono como extranjero, se incrementara en un 20% en el ejercicio, superando los 45 teravatios hora (Twh).
Iglesia señaló que el sector afronta el reto de la amenaza de cierre para 2018 de todas aquellas empresas que recibieron ayudas desde 2011 o, en caso contrario, afrontar como proceder a devolver estas ayudas recibidas.
Por ello, pidió el apoyo del Gobierno para materializar en “medidas concretas” el respaldo al carbón para que siga jugando un papel dentro del ‘mix’ energético, dado que a los actuales precios es viable sin ayudas.
Fuente: elperiodicodelaenergia.com
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